Por Pamela Vázquez vía Glamour
Los icónicos looks de Lady Di con sudaderas oversize, cycling shorts, calcetas, tenis chunky y bolsas casuales no los usaba para ir a pilates, hacer yoga y mucho menos ir al gimnasio. La princesa de Gales salía del Palacio de Kensington hacia el club Champneys Henlow Grange en Bedfordshire para nadar.
Tal cual lo vimos representado en la quinta temporada de ‘The Crown’, la madre de William y Harry asistía constantemente a la alberca de este lujoso club que sigue vigente, se ponía su traje de baño completo y nadaba sola por horas.
Por esta misma razón, uno de sus destinos favoritos para vacacionar eran playas, pues podía estar en el agua aunque fuera lejos de su alberca preferida. Y parece que ese mismo hobby se los pasó a sus hijos, pues casi siempre la acompañaban a estos viajes y se la pasaban increíble.
Sin embargo, eso no quiere decir que Lady Di no disfrutara de otras formas de hacer ejercicio. La vimos esquiando varias veces, también era una hábil atletla y una que otra ocasión practicó tenis, sobre todo cuando era más jóven (eso sí, le encantaba verlo en Wimbledon).
Los beneficios de nadar como ejercicio
La natación es un tipo de entrenamiento aeróbico, considerado cardio LISS o ejercicio de bajo impacto, que tiene muchos (muchos) beneficios en la salud general del cuerpo. De hecho, es considerada como la actividad física más completa y saludable.
- Incentiva la circulación de la sangre
- Reduce la presión arterial
- Contrarresta el estrés oxidativo
- Disminuye la inflamación
- Fortalece los músculos sin riesgo de lesiones
- Reduce el dolor articular
- Aumenta la flexibilidad
- Mejora la postura
- Retrasa el envejecimiento
- Controla los niveles de glucosa
- Quema bastantes calorías (200 por hora aproximadamente)
- Aumenta el flujo sanguíneo del cerebro
- Libera serotonina y dopamina
- Mejora la memoria
- Reduce los niveles de estrés
- Disminuye los síntomas de ansiedad y depresión