Por Fiona vía Glamour
¿Crees que estás sobrehidratándote? Una piel tersa es el objetivo de belleza por excelencia, y beber agua es una buena forma de conseguirlo. Pero, según los expertos, estar «sobrehidratado» bebiendo demasiada agua puede ser tan peligroso como beber muy poca.
Hoy en día, parece que todas las influencers de bienestar en #WaterTok beben su H2O a sorbos en vasos Stanley gigantes. Esto no es malo si tenemos en cuenta que el agua mantiene el cuerpo en buen estado, dice la facialista y especialista en el cuidado de la piel Claudia Barthelemy Bernardo.
«Nuestro cuerpo está compuesto en un 70% de agua, por lo que es esencial para nuestra salud y bienestar», afirma. En concreto, aporta nutrientes a las células, elimina residuos, protege los órganos y mantiene la temperatura corporal.
Pero también es posible que el cuerpo tenga más agua de la que puede eliminar. ¿Cómo conseguir el equilibrio adecuado? A continuación, todo lo que necesitas saber para evitar hidratarte en exceso.
¿Puedes estar sobrehidratándote?
La respuesta es sí. Beber demasiada agua en poco tiempo puede alterar los niveles de electrolitos del organismo.
En caso de que no estés familiarizada con los electrolitos, se trata de minerales que tienen carga eléctrica cuando se disuelven en agua. Contribuyen a regular las reacciones químicas del organismo, por ejemplo, ayudando a que los músculos y los nervios funcionen correctamente.
Los electrolitos también mantienen el equilibrio de líquidos dentro y fuera de las células: «Los electrolitos, como el sodio, el potasio y el magnesio, desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de los niveles de hidratación del organismo», afirma la nutricionista Milena Kaler.
«Cuando sudas u orinas, no sólo pierdes agua, sino también estos electrolitos esenciales», señala, por lo que tiene sentido «beber líquidos de forma constante a lo largo del día«.
Pero en el lado opuesto (y en casos más extremos) beber demasiada H2O puede significar que tienes demasiada agua y poco sodio en el cuerpo y tus riñones se saturan.
«Beber demasiada agua sin una ingesta suficiente de electrolitos puede provocar una condición llamada hiponatremia, en la que los niveles de sodio en la sangre se vuelven peligrosamente bajos», explica Milena, «cuando los riñones están sobrecargados con exceso de agua y carecen de suficiente sodio para equilibrarlo, pueden tener dificultades para excretar el exceso de agua de manera eficiente».
¿Hasta qué punto debemos preocuparnos? Según Milena, la toxicidad del agua es relativamente rara. «Pero puede ocurrir en ciertas situaciones», dice, citando los eventos deportivos de resistencia como un posible escenario «donde se consumen grandes cantidades de agua sin reemplazar los electrolitos perdidos a través del sudor.»
Además, las personas con ciertas afecciones médicas y las que toman ciertos medicamentos, como diuréticos, pueden ser más susceptibles a la toxicidad del agua.
¿Cómo saber si estás sobrehidratándote?
Muchos de los síntomas de la sobrehidratación pueden confundirse con los de la deshidratación: «Síntomas como náuseas, dolor de cabeza y confusión» son comunes, señala Milena.
Una buena regla general es guiarse por el color de la orina: la orina de color amarillo oscuro es señal de que hay que beber más agua; la orina muy clara es señal de que hay que beber menos.
Y si tienes sed excesiva, coméntaselo inmediatamente a tu médico de cabecera, ya que puede ser síntoma de otro problema de salud.
¿Cuánta agua es suficiente? ¿Y cuánta es demasiada?
Existe un punto intermedio entre la hidratación necesaria y la sobrehidratación. ¿Cuánta agua debes beber al día?
Como ocurre con la mayoría de las cosas relacionadas con la nutrición, la respuesta tiene matices. «La cantidad de agua que debes beber al día varía en función de factores como tu edad, peso y nivel de actividad», señala Milena. «Una recomendación general es de unos ocho vasos de agua al día, pero algunas personas pueden necesitar más».
Recuerda que el agua obtenida de frutas y verduras también contribuye a tu ingesta diaria. «Ciertas frutas y verduras contienen un alto contenido en agua, como la sandía y el pepino», añade Milena. «Así que procura llevar una dieta variada y rica en alimentos hidratantes para complementar tu ingesta de agua».
La cantidad de agua que debes beber también depende del clima y de la época del año. En un día caluroso, sudamos más agua y electrolitos porque el cuerpo intenta enfriarse, así que considera la posibilidad de añadir electrolitos en polvo al aguaque bebes para dirigir el agua y los nutrientes a las zonas del cuerpo donde más se necesitan», dice Claudia.
Pero evita beber más de un litro de líquido por hora, advierte Milena, ya que así los riñones se desharán más fácilmente del exceso de agua.
«Aunque es esencial mantenerse hidratado, una ingesta excesivamente rápida de líquidos puede saturar los riñones y diluir los niveles de electrolitos del organismo, lo que puede provocar hiponatremia u otras complicaciones», afirma.
Si tu consumo diario de H2O es irregular, quizá te interese una aplicación para el agua. Waterllama es excelente, ya que realiza un seguimiento de tu ingesta de agua y te da un ligero empujón si te estás quedando atrás en tus objetivos de hidratación.
Artículo originalmente publicado en Glamour UK, glamourmagazine.co.uk, adaptado por Roberto Sierra.