
Por Antonio Fuentes vía Glamour
Nuestro bienestar no se limita al cuerpo físico, también es necesario entenderlo en distintas aristas y para ello es necesario entender la medicina espiritual.
Todos en algún momento hemos tenido algún padecimiento que nos ha detenido de nuestras actividades diarias, desde una sencilla gripe estacional, hasta enfermedades mucho más complejas. Si bien en apariencia podría parecer que son el resultado de distintos factores externos a los que estamos expuestos como la alimentación, la polución, los cambios de clima tan repentinos, hay ramas como la Bioneuroemoción, que nos plantean que las enfermedades también pueden tener un origen emocional y pueden verse favorecidas si se tratan de una manera integral.
¿Qué es la medicina espiritual?
Como su nombre lo indica, son el conjunto de tratamientos cuyo objetivo radica en sanar al espíritu para poder lograr un bienestar total, entre los cuales podemos encontrar prácticas como la meditación, la yoga y también el fortalecimiento de nuestra conexión con el Universo.
La medicina espiritual no es un reemplazo a los medicamentos ni sanará por sí solas las enfermedades que hayamos desarrollado, se trata de tratar una parte esencial de nuestro cuerpo para que sea posible estar en completo equilibrio, mismo que se logra viendo más allá de lo físico.
En ciencias antiguas como es el Ayurveda, no se tratan enfermedades como tal, sino desequilibrios, puede ser que no tengamos algún padecimiento evidente, pero si estamos teniendo un mal ciclo de sueño, si nuestra digestión no es la adecuada o nuestras emociones nos rebasan con el más mínimo detonante, es necesario ir al fondo de ello.
Para el Ayurveda, existen tres cuerpos que componen al ser humano en su totalidad: físico, mental y espiritual. Cuando uno de los tres se encuentra en desequilibrio, es imposible que se logre estar bien, pues una de nuestras áreas está en descuido y es necesario tratarla.
Beneficios de la medicina espiritual en la salud
Las prácticas de medicina espiritual suelen tener un impacto también en nuestro cuerpo físico y mental, pues de ellas se desprenden beneficios que a continuación te mencionaremos.
La meditación, además de ser una práctica que te ayudará a mejorar tu conexión espiritual con el Universo y tener un mayor entendimiento de tu realidad, tiene la capacidad de relajar al sistema nervioso, reduciendo los niveles de cortisol en el cuerpo, además de permitir que el cuerpo comience a revertir los efectos de los episodios de estrés.
En las prácticas físicas como puede ser el yoga, se libera toda la tensión acumulada en los músculos, dándoles la oportunidad de que puedan tener un descanso adecuado.
Si comienzas a adentrarte en los ritmos circadianos, te darás cuenta de que el ser humano también forma parte de la naturaleza y responde al mismo ciclo de todo lo que la compone. Pequeños cambios en tu rutina como iniciar el día justo al momento del amanecer y descansar cuando el sol comienza a ponerse, te ayudará a eliminar problemas de insomnio, además de darte la energía necesaria para aprovechar todas las horas del día en que tenemos mayor productividad, impactando en tu manejo del tiempo.
Cuando tu conexión espiritual se ve fortalecida, tus relaciones también mejoran, porque tendrás una percepción más completa del mundo y verás que no todo es personal. Cuando se trata de ti, puedes mirar a los demás con distintos ojos, además de tener el poder necesario para decidir a qué personas, situaciones y vivencias les das acceso a tu vida, procesando mejor todo aquello que está fuera del control humano, tomando únicamente lo que funcione para tu evolución.