Por Alex Salas vía Glamour
Cuando el frío azota, muchas veces nos encontramos sacrificando el estilo en favor de la comodidad. Sin embargo, la elegancia en invierno no es un mito, es un arte que puede dominarse con las prendas adecuadas y un poco de creatividad. Este es el momento perfecto para demostrar que el glamour no tiene por qué quedar guardado con la llegada de las bajas temperaturas. Al contrario, el clima frío es una oportunidad dorada para jugar con capas, texturas y accesorios que, lejos de ser simples escudos contra el frío, se convierten en los aliados perfectos para un look impecable.
Desde abrigos estructurados que abrazan tu silueta hasta bufandas oversize que añaden un toque dramático, la clave está en encontrar ese equilibrio perfecto entre lo práctico y lo estilizado. No se trata de simplemente abrigarse, sino de convertir cada pieza en una declaración de sofisticación. El truco para dominar la elegancia en invierno radica en aprender a combinar elementos clave como guantes de cuero, botas de tacón y chalecos acolchados, logrando así un look que no solo desafía las temperaturas, sino que también establece una presencia impecable en el mundo de la moda.
El abrigo es como el “little black dress” del invierno: nunca falla. Elegante, estructurado y con la capacidad de elevar cualquier outfit, el abrigo largo es la definición de sofisticación sin esfuerzo. Para un look pulido, elige tonos neutros como blanco, gris, camel o negro, que además se combinan perfectamente con cualquier otro color. Si te sientes audaz, un toque de rojo profundo puede ser el statement perfecto para combatir el gris del invierno.
Un suéter de cachemir es la máxima expresión de lujo sin esfuerzo. Opta por colores que realcen tu tono de piel y permite que la suavidad de la textura hable por sí sola. Para llevar tu estilo a otro nivel, elige tonos monocromáticos que crean una apariencia cohesionada y refinada, sin dar la impresión de que lo has planeado demasiado.
Los suéteres de cuello alto no son solo prácticos, son increíblemente chic. Opta por tejidos gruesos en colores oscuros para un toque sofisticado, o elige tonos tierra si prefieres algo más cálido y natural. Estos suéteres funcionan perfectamente con pantalones de tiro alto o faldas de lana para un look que es tanto cómodo como elegante. Acompáñalos con accesorios discretos para mantener la atención en las líneas limpias y la textura del suéter.
Una bufanda oversize de lana o cashmere puede transformar cualquier atuendo básico en algo especial. Además de mantenerte caliente, este accesorio con volumen aporta ese toque dramático que necesitas. Ya sea que la lleves suelta sobre los hombros o envuelta en varias vueltas, es el complemento perfecto para cualquier abrigo invernal.
En cuestiones de elegancia, la verdad es innegable: lo sobrio siempre conquista. Imagina un abrigo largo, un suéter impecable de cuello alto y unos pantalones de lana estructurados, todo en una sinfonía de tonos neutros. ¿Accesorios? Solo lo esencial, tal vez un reloj minimalista o unos guantes que complementen sutilmente. La clave está en la armonía: cada pieza debe elevar el conjunto, sin saturarlo. ¡Porque en la moda, lo menos es, sin duda, mucho más!
Si hay algo que grita “elegancia” son unos buenos guantes de cuero. Más allá de su funcionalidad obvia, los guantes son el accesorio definitivo para cualquier outfit invernal. Busca guantes en tonos oscuros o colores joya, como el esmeralda o el burdeos, para un toque de distinción. Además, agregan un elemento extra de sofisticación cuando los combinas con tu abrigo de lana.
Las botas altas de cuero no solo te protegen del frío, sino que también agregan un aire de poder. Opta por diseños minimalistas que abrazan la silueta, creando una línea elegante desde el pie hasta la rodilla. Puedes combinarlas con faldas midi o pantalones ajustados para un look estilizado y sofisticado. Menos es más: deja que las botas sean las protagonistas y acompáñalas con piezas sencillas.
El layering, o «capas estratégicas», es mucho más que una táctica para combatir el frío: es una declaración de estilo que puede transformar tu outfit en una obra maestra visual. La clave está en combinar texturas, colores y formas de manera armoniosa, evitando el volumen innecesario. Comienza con una base ligera, como un suéter de algodón o una camisa de seda, y luego agrega capas más gruesas: piensa en un chaleco acolchado o una chaqueta de lana. El truco es mantener las proporciones; cada capa debe complementarse con la anterior sin sobrecargar el look. Juega con contrastes: mezcla tejidos suaves como el cashmere con materiales más rústicos como el denim o el cuero.
En definitiva, el invierno no tiene que ser el enemigo de tu estilo. Con las capas adecuadas, desde guantes de cuero hasta bufandas oversize, puedes conquistar el frío con elegancia y sin esfuerzo. Así que, la próxima vez que baje la temperatura, recuerda: tu look invernal puede ser tan imponente como acogedor. ¡El frío no tiene nada en contra de un buen outfit!
