Cuando se trata de compartir casa o departamento con otra persona, todos queremos tener al compañero ideal: alguien que lave sus trastes, que no tire la ropa sucia al suelo, que ayude con el quehacer y las deudas, que no ponga música a todo volumen a las dos de la mañana… Lo normal, ¿no? Bueno, en algún lugar de Londres alguien se puso MUY exigente con una serie de reglas absurdas que ni el mismo Sheldon Cooper podría seguir al pie de la letra.
Todo empezó muy bien. Ella decía que ya había tenido malas experiencias con otros compañeros y por eso prefería establecer algunas reglas para evitarles a todos la molestia de una mudanza que al final no funcionaría. Esto es comprensible, pero lo que siguió fue una serie de reglas que te convencerán de que vivir con tus papás no es tan malo después de todo.