Por Sofía Esquivel vía Glamour
El maquillaje de catrina ha trascendido el tiempo, convirtiéndose en un emblema del Día de Muertos. Más que un simple disfraz, representa la compleja relación de la cultura mexicana con la muerte, enfocándose en el respeto, la celebración y la memoria. Al decorar sus rostros como calaveras ornamentadas, las personas rinden homenaje a sus antepasados y enfrentan la mortalidad con una perspectiva poética y hermosa.
Este artículo explora la simbología del maquillaje de catrina y cómo sus colores, detalles y elementos capturan la esencia del ciclo de la vida y la muerte. La combinación de tonos vibrantes con motivos florales refleja la creencia en la continuidad, celebrando tanto la despedida como el recuerdo eterno de quienes ya no están.
¿Qué simboliza el maquillaje de catrina?
El origen de la catrina se remonta al grabador mexicano José Guadalupe Posada, quien en el siglo XIX creó la icónica figura de “La Calavera Garbancera”, una calavera vestida a la moda europea. Con esta ilustración, Posada criticaba a la sociedad mexicana de la época, que aspiraba a la cultura europea y dejaba atrás sus raíces indígenas. Más tarde, el muralista Diego Rivera inmortalizó esta figura en su famoso mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, rebautizándola como “La Catrina.” Desde entonces, esta calavera elegante y vestida de gala ha simbolizado la muerte y, a la vez, una crítica social, pero también se ha convertido en un ícono cultural que une a generaciones en torno al Día de Muertos.
El maquillaje de catrina suele incluir colores vivos y alegres, como el rojo, el azul, el rosa y el dorado. Estos colores simbolizan la vida, la alegría y la energía que aún emana de aquellos que ya no están físicamente presentes. A diferencia de las connotaciones oscuras de la muerte en otras culturas, el maquillaje de catrina honra la muerte como parte del ciclo natural de la vida.
Pintar el rostro como una calavera no es solo una forma artística; es una representación de la mortalidad humana. Al adoptar la imagen de una calavera, las personas enfrentan y aceptan la inevitabilidad de la muerte, pero lo hacen de una forma festiva y colorida. Es un recordatorio de que, aunque todos compartimos el mismo destino, la vida debe ser celebrada.
Las flores, especialmente las de cempasúchil, son un elemento fundamental en el maquillaje de catrina. Este tipo de flor, también conocida como la flor de los muertos, simboliza la luz y la guía para que los espíritus encuentren su camino de regreso al mundo de los vivos.
La catrina no es una calavera común; está decorada con detalles lujosos como diamantes, brillo, y toques de pintura dorada. Esta sofisticación simboliza la idea de que incluso en la muerte hay dignidad y belleza en nosotros.
Hoy en día, el maquillaje de catrina no solo se ha limitado al Día de Muertos, sino que también ha sido adoptado en pasarelas y eventos culturales a nivel mundial. Diseñadores de moda y artistas de maquillaje han reinterpretado este símbolo, dándole un lugar en el arte contemporáneo. La catrina ha cruzado fronteras y se ha convertido en una figura que inspira a personas de todo el mundo a celebrar la vida y la muerte de una forma visualmente poderosa.
El maquillaje de catrina es una expresión artística y cultural que encapsula la relación de la cultura mexicana con la muerte. En lugar de temerla, se le da la bienvenida como parte de la vida, recordando que cada momento debe ser celebrado. Así, cada año, las personas que adoptan esta tradición no solo honran a sus seres queridos, sino que también rinden homenaje a su propia mortalidad. La catrina, con su elegancia y belleza, seguirá siendo un símbolo eterno de la cultura mexicana, recordándonos que la vida y la muerte están entrelazadas en una danza perpetua.